Por: Leanlly Pérez- En la última jornada de ataques israelíes en la Franja de Gaza, al menos 48 palestinos han perdido la vida, lo que eleva el total de muertos durante más de catorce meses de guerra a un estimado de 45,484, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Además, los heridos suman un total de 108,090 personas, con 52 nuevos casos reportados en las últimas 24 horas. La cifra de personas desaparecidas bajo los escombros asciende a aproximadamente 11,000, lo que refleja el alto costo humano del conflicto.
Estas cifras no incluyen a las víctimas mortales de las últimas horas ni a los fallecidos en el norte de Gaza, donde el acceso y la comunicación son extremadamente limitados debido a los ataques y la destrucción de infraestructura. A pesar de la escasa información disponible, el impacto humanitario sigue siendo devastador.
En paralelo, el Ejército israelí ha liberado a unas 400 personas detenidas durante su asalto al hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, en el norte de Gaza. No obstante, el director del hospital, el Dr. Husam Abu Safiya, permanece detenido.
Este hospital, uno de los pocos que seguían operativos en el norte del enclave, fue atacado, y parte de sus instalaciones incendiadas. Tras la incursión, el Ejército israelí justificó la operación alegando que Hamas estaba utilizando las instalaciones del hospital como escondite y para planificar ataques.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha condenado este ataque, destacando que la destrucción del sistema sanitario en Gaza está condenando a miles de palestinos a morir sin atención médica adecuada, y ha señalado las restricciones impuestas a los equipos humanitarios internacionales como un obstáculo adicional para la asistencia.
Mientras tanto, los pacientes en estado moderado fueron evacuados a otros centros, como el hospital Indonesio, aunque este también está destruido y no funcional. Los pocos pacientes críticos que quedaban en el Kamal Adwan fueron evacuados, pero muchos siguen sin acceso a cuidados médicos vitales debido a la situación de emergencia.
La OMS ha denunciado que la “sentencia de muerte” para miles de palestinos en Gaza se debe al desmantelamiento del sistema de salud, lo que agrava aún más las condiciones de vida de la población.
Además de los ataques a instalaciones médicas, el Ejército israelí ha lanzado una nueva ofensiva en la ciudad de Beit Hanoun, en el norte de Gaza, donde se han reportado al menos seis muertos en las primeras horas de la operación. En la madrugada, un bombardeo israelí también alcanzó una vivienda en el campo de refugiados de Al Maghazi, en el centro de Gaza, matando a al menos nueve personas, todas de la misma familia.
El conflicto también ha generado una grave crisis humanitaria entre los desplazados. Con la llegada del invierno, las condiciones en los refugios improvisados se han vuelto insoportables. En el área de Mawasi, al sur de Gaza, cientos de miles de desplazados palestinos viven en tiendas de campaña sin protección contra el frío.
Las bajas temperaturas han provocado la muerte de varios bebés y un joven debido a enfermedades agravadas por las condiciones extremas. El jefe de pediatría del hospital Nasser en Jan Yunis, Ahmed Al Farra, advirtió sobre un aumento en las muertes debido al frío y las condiciones miserables en los lugares de refugio.
El caso de Aisha al Qasas, una bebé de 21 días, y otros menores, como Ali Isam Saqr (23 días) y Sila Mahmud Al Fasih (14 días), ha conmocionado a la comunidad médica. Además, el joven Ahmed Al Zaharna, un enfermero que trabajaba en el hospital europeo de Jan Yunis, fue encontrado muerto en su tienda de campaña en Mawasi.
Estas muertes reflejan la desesperante situación de los desplazados, que sobreviven en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin acceso adecuado a servicios médicos y con la constante amenaza de los ataques aéreos y terrestres.
El panorama en Gaza es cada vez más sombrío, con una población atrapada entre el fuego de los ataques israelíes y la escasez de recursos esenciales como alimentos, medicinas y refugio. A medida que el conflicto se intensifica, el número de muertos y heridos sigue aumentando, mientras la comunidad internacional enfrenta retos para proporcionar ayuda humanitaria efectiva y garantizar el acceso a la asistencia en una zona devastada por más de catorce meses de guerra.
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